Me acuesto llorando y me levanto llorando y nadie entiende que me pasa pero yo sí sé. Y siempre fui igual de frágil, solo que antes vos me estabas cuidando. Y te extraño, o me extraño (de mí) todo el tiempo. Es que ya no soy la que era, y ahora no sé bien quién soy. De a pedacitos, despacito, me recuerdo y me armo, pero el viento me vuela, la lluvia me moja, el frio me seca, y vuelvo a ser hoja y no yo.